El problema de estudiar historia del arte, de interesarse por el arte, es de los más misteriosos que pueden plantearse a un estudiante. En el bachillerato están libres de esta vaga amenaza, porque el arte no figura en las "nociones generales", que se imparten escrupulosamente para que lleguen a la universidad con la famosa "tabla rasa", con bellas mentes en blanco. Pero al llegar a la universidad, se encuentran con el hecho inadmisible de que, cualquiera sea la carrera que sigan, incluso las más remotas y alejadas de la historia del arte, incluyen hoy esta materia junto con un programa general de Humanidades. En el regimen de confianza y franqueamiento entre profesor y alumno que practicamos por lo general en la universidad, muchas veces se me ha confesado el estupor con que reciben la noticia de tener que "estudiar arte": porque, ¿ para qué sirve el arte? ¿Qué finalidad puede cumplir dentro de una profesión perfectamente definida y concreta como la medicina, la economía o la arquitectura?
La gran variedad de preguntas que los estudiantes se hacen alrededor de este asunto pueden resumirse en una sola: ¿cuál es la utilidad de esta materia? La pregunta, en sí, es ya un hecho desconsolador. Se supone que, específicamente, y por su misma edad, un muchacho debe tener más libertad de imaginación y más opulenta fantasía que la gente sumergida en la rutina diaria y limitada dentro de sus problemas y sus responsabilidades. Pero se supone mal. El estudiante quiere sacar partido de las cosas, especula sin cesar con ellas y considera la fantasía como un devaneo perfectamente al margen del aprendizaje de cosas concretas a que se somete de buen o mal grado.
Introducido ya con cierta irónica resignación en una materia tan inútil, es sorprendente su intolerancia hacia toda forma artísitica que se sale de la realidad y que se atreve a deformarla, estilizarla, en términos más generales, que se anima a alterar de manera visible el orden de las cosas dado en la naturaleza. Mis sorpresas con los estudiantes son interminables. ¿Qué puede importarle, a un hombre de veinte años que una mesa esté al revés o al derecho, puesto que está en la edad en que tantos sueños absurdos pasan o deberían pasar por su cabeza? Pues le importa enormemente que esté al derecho, considera ofensiva cualquier falta de perspectiva, juzga como si
por favor coloquen el texto completo!. Gracias! Saludos!
ResponderEliminarfatal cortar los textos!! 2020
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